jueves, 8 de marzo de 2012

TIPOS DE AGENTES

                                                                 
La Ciencia Cognitiva Corporizada y la Nueva Inteligencia Artificial permiten concebir sistemas avanzados con capacidad de autogobernarse
Para Stuart Russell y Peter Norvig, un “agente” es todo aquello que puede verse como percibiendo su entorno a través de sus sensores y actuando sobre dicho entorno por medio de sus efectores [Russell y Norvig, 1996, p. 33]. Es decir, su característica principal es que “está situado” (situatedness): está inmerso dentro de un entorno local, con el cual interacciona y el cual influye –de forma directa– sobre su comportamiento [Florian, 2003] [Muñoz Moreno, 2000] [Innocenti Badano, 2000].

Un “agente autónomo” es aquel que interactúa –por sí mismo– con su entorno circundante. Para eso, debe ser capaz de percibir, razonar y actuar. En otras palabras, debe poseer adecuados sensores que le permitan recolectar la información proveniente tanto de su intorno como de su entorno (percibir); tiene que ser capaz de convertir esa información en conocimiento y poder utilizarlo para alcanzar sus objetivos (razonar); y debe disponer de apropiados efectores que le permitan modificar dicho medio ambiente (actuar) [Moriello, 2005, p. 221/2].
Agentes Inteligentes

Un “agente inteligente autónomo” es aquel que puede descubrir y registrar si una acción hecha en una situación dada fue favorable [Fritz, García Martínez y Marsiglio, 1990, p. 3] [García Martínez, 1997, p. 3]. De esta manera, puede acumular experiencias y ajustar su comportamiento a medida que va aprendiendo.

Los animales perciben su entorno (y su intorno) a través de sus sistemas sensoriales; procesan dicha información (asimilándola, clasificándola e interpretándola) a través de los circuitos neuronales de su corteza cerebral; y actúan –hacia afuera– gracias a su aparato óseomuscular y –hacia adentro– gracias a sus mecanismos homeostáticos. Pero el proceso global no es unidireccional y lineal, sino circular y cíclico: la percepción reinterpreta la realidad a través de la acción, del movimiento del cuerpo [Moriello, 2005, p. 233].

Por último, conviene mencionar que, aunque no necesariamente, un agente inteligente autónomo “está corporizado” (embodiment): tiene un cuerpo físico apto para experimentar su entorno de manera directa. Sus acciones tienen una realimentación inmediata sobre sus propias percepciones [Florian, 2003] [Muñoz Moreno, 2000] [Innocenti Badano, 2000].
Agentes Autónomos Inteligentes
Los “agentes autónomos naturales” (o sea, los animales) cuentan con la suficiente cantidad de mecanismos automáticos de regulación interna que le garantizan su supervivencia, al menos durante un período de tiempo relativamente prolongado [François, 2005].

Los “agentes inteligentes autónomos naturales” (o sea, los seres humanos, como individuos o como grupos organizados) adquirieron –con el neo-cortex de su cerebro– la capacidad de intervenir sobre algunos automatismos de las regulaciones a fin de modificarlos. Es lo que comúnmente se conoce con el nombre de “controles” [François, 2005].

Los “agentes inteligentes autónomos artificiales” (o sea, los robots inteligentes) son, en esencia, sistemas complejos que presentan una precisa estructura mecánica poliarticulada gobernada por un sofisticado sistema de control electrónico.

La clave del robot es el gobierno de cada uno de sus componentes, de manera tal de medir, controlar y modificar –con continuidad y rapidez– todas las variables que intervienen (movimiento de las extremidades, velocidad de los motores, posición del cuerpo, presión de los fluidos, aceleración de la masa) en función de los propios objetivos y del entorno en donde está inmerso [Moriello, 2005, p. 172/3].
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